EL DOLOR EN ANIMALES

Hay personas que dicen que los animales no sienten el dolor. Esta afirmación es tan gratuita como ignorante. Todo ser vivo con sistema nervioso es susceptible de padecer dolor, otra cosa en que lo manifieste como lo haríamos los humanos.

Nos vamos a centrar en el perro, que es el animal con el que más convivimos, pero que se puede extrapolar a otras especies animales.

El perro no manifestará el dolor como las personas, por lo que tenemos que estar atentos a otros signos que nos pueden poner en alerta. A veces no nos damos cuenta hasta que es muy tarde. Solamente cuando se produce un dolor agudo e intenso podemos ver como nuestra mascota chilla de dolor. Esto es frecuente cuando se produce una fractura de huesos o hay un accidente.

Pero el dolor crónico es más difícil de apreciar.

Si notamos algunos de estos síntomas, es posible que nuestro animal esté sufriendo algún tipo de dolor:

  • Está demasiado tranquilo, apático.
  • No mastica bien o no come nada duro.
  • Gime, aúlla o se queja.
  • Se lame  parte de su cuerpo.
  • Excesiva sumisión.
  • Dificultar a la hora de encontrar la postura para tumbarse.
  • Orejas caídas.
  • Buscar atención más de lo normal.
  • No querer subir o bajar escaleras.
  • Rehusar juegos o actividades que antes hacía con gusto.
  • Levantarse de la cama más lento de lo normal.

Al igual que las personas, hay animales que soportan el dolor mejor que otros, pero eso no significa que no sufran de la enfermedad que provoca dicho dolor. Sobre todo tendremos especial cuidado con animales de edad avanzada.

El tratamiento para calmar ese dolor dependerá de la patología que sufra dicho animal. Así el veterinario, una vez realizado el diagnostico, dará el mejor tratamiento.

Las vías de administración de dichos fármacos, la dosis y la duración del tratamiento dependerán del estado del animal, edad y facilidad por parte del propietario para administrarlo.

Si queremos usar medicamentos de humana con animales, antes debemos de consultar a un veterinario sobre la dosis y los efectos adversos. Es muy frecuente pensar que le puedo dar media pastilla de lo que sea al perro, ya que si a mí me funciona a él también. La fisiología y la forma en que actúan los medicamentos en el hombre son muy diferente a los animales. Y entre distintas especies de animales también.

Para ello existen medicamentos especialmente fabricados apara animales , para facilitar su vía de administración y su correcta dosificación.

Hay medicamentos formulados para humanos que el perro puede tomar sin problema (siempre calculando la dosis con criterios médicos, no a ojo) y que pueden ser mortales para gatos por ejemplo.

Si pensamos en todas las especies que conviven en nuestras casas hoy en día, como pájaros, conejos, tortugas, hurones, peces, hamsters, …la cosa se complica aún más. Algunas especies son muy inexpresivas.

Seguro que hemos visto alguna vez delfines actuando en un delfinario. Por la forma de su cabeza y boca parece que están siempre felices, casi sonriendo.

En contraposición si vemos una tortuga, siempre nos parecerá triste y cansada.

Me gustaría terminar con una reflexión:

Pensemos en las veces que hemos tenido dolor, por ejemplo un dolor de muelas. Lo primero que hacemos es manifestarlo, contárselo a alguien cercano, luego pedimos cita en el dentista y posteriormente nos tomamos la medicación que nos receta sin fallar una dosis.

El perro no puede hablar, no puede pedir cita en el veterinario ni es capaz de tomarse el medicamento por sí mismo cuando lo necesita.

Por ello las personas que creen que los animales no sienten el dolor, aparte de ser unos ignorantes, son unos insensibles.